La diseñadora israelí comenzó a dibujar vestidos e imágenes de moda cuando tenía sólo 6 años. Usaba clips y servilletas como materiales para vestir a sus muñecas favoritas. Su pasión por la moda fue heredada por su abuela Louisa y ha seguido sus pasos desde entonces.

Liz tiene ahora 30 años y es mamá de dos. Su estilo ha sido marcado como ‘‘algo que te deja sin aliento” en eventos de moda en New York, Barcelona y Milan, y la calidad de sus vestidos ha sido descrita como ‘‘inmaculada”.

A pesar de su corta edad, es considerada como atrevida, original y orientada a prestar atención a cada detalle. La cara de su marca son las presentaciones magníficas de cada colección. Ciudades de moda, romanticismo y locaciones exóticas como Paris, Marruecos y Milan han sido escogidos para tomar las fotografías editoriales exquisitas de sus colecciones.

La filosofía de la marca se enfoca en feminidad poderosa, libertad e independencia. Aún así, el diseño es muy suave, con mucho movimiento y complementario a cualquier pareja. Estas cualidades que son opuestas, crean una conexión atractiva y mágica. Sus vestidos son drapeados al cuerpo y se mueven con armonía.

Actualmente, la marca cuenta con presencia en 25 países y esta apuntando a expandirse y distribuir a más países cada año.